Con amor, San Petersburgo

Si estás en busca de un amor o de simplemente enamorarte, porque te azota la soledad en las noches largas o los eternos días, porque necesitas esa compañía o la simple sensación de que algo te llene ese lugar del alma que ocupa el más lindo de los sentimientos, probá con San Petersburgo. Nada te asegura que acá lo encuentres o que entres en razón de que esa persona no es la que te quitaba el sueño. Capaz el amor no lo sentís, no lo tenés desarrollado, está oculto y ocupado por lo que preferís que sea más importante. Esta ciudad te va a ayudar a darte cuenta de que podés, de que es fácil enamorarse, porque San Petersburgo te enamora, y es un buen primer paso.



La ciudad de los Zares fue espectadora de lujo del triunfo épico de la selección argentina sobre Nigeria para lograr la clasificación a Octavos de Final del Mundial Rusia 2018 y albergue de los días grises y sufridos que previamente vivíamos con la agonía de quedar eliminados rápidamente. Capaz por eso el recuerdo es el mejor.



Conocida también como “La Venecia del norte”, San Petersburgo ofrece un largo recorrido por cientos de canales que atraviesan la ciudad y crean un recorrido costero sumamente agradable, completo de barcos y lanchas que lo recorren permanentemente entre sus islas y dando paso a las grandes embarcaciones provenientes del Mar Báltico con el lujo del levantamiento de sus más de 400 puentes.



La ciudad está permanentemente iluminada, no sólo porque sus calles brillan a la par de sus monumentos, sino porque el sol se oculta menos tiempo que, por ejemplo, en Moscú. Anochece alrededor de las 23 y, sin oscurecer por completo, entre la 1:30 y las 2, vuelve a asomarse para comenzar un nuevo día. Eso no le quita vida nocturna a San Petersburgo, porque las zonas de bares y boliches está perfectamente preparada para que la noche sea larga.



La capital del Imperio Ruso, fundada por Pedro El Grande en 1.703, tiene unos 5 millones y medio de habitantes y el puerto como punto más destacado. Es la segunda ciudad más importante de Rusia, y acá nació su actual presidente Vladimir Putin. Gran parte de la historia de este país fue escrita entre estas aguas, por eso tiene grandes museos como el Hermitage o el Museo Histórico de Guerra.

Al caminar te cruzas con grandes parques donde florecen colores por donde mires, y su estado siempre es impecable, acompañados de grandes monumentos, palacios o iglesias con construcciones magníficas.

Por ser una ciudad que ofrece miles de opciones turísticas, paisajes, recorridos históricos y oportunidades para disfrutar y descansar, sin dudas es un destino para enamorarse. Pero si no hay amor, que no haya nada, San Petersburgo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Primer acto

¡Sorpresa!

La pequeña Niznhy