¡Sorpresa!

La última semana del Mundial de fútbol Rusia 2018 arrancó bastante tranquila y Moscú volvió a ser esa capital turística que fue siempre. El clima mundialista de los primeros días estaba totalmente alejado. Teniendo en cuenta que los locales quedaron eliminados el fin de semana pasado y solo restaban jugar las semifinales (es decir, cuatro equipos en competición) se redujo bastante el número de hinchas presentes en las calles moscovitas. Los rusos volvieron a su rutina diaria y eso se nota.

La primera semifinal fue entre Francia y Bélgica, el martes en San Petersburgo. Un partidazo para ver, pero sin dudas muy pocos apostaron por estos equipos. Por eso mismo, incluso faltando algunas horas para el encuentro, en la página oficial de la FIFA había entradas disponibles, pero claro, tenías que estar en la ciudad de los zares.

El clima no acompañó en la capital rusa pero muchos hinchas se acercaron al FIFA Fan Fest para ver el encuentro. Algún francés y algún belga presentes solamente y la mayoría de rusos y simpatizantes de otros países alentaron en su mayoría a Francia, salvo el público sudamericano que optó por Bélgica, creo que yo que por eliminar a Brasil, y teniendo en cuenta que los galos le ganaron a Perú, Argentina y Uruguay. El partido terminó uno a cero para los blues, y son el único equipo que tuvo puesta la chapa de candidato desde el principio, que llegó a la final.

El segundo partido para definir al otro finalista fue en Moscú y lo protagonizaron Croacia e Inglaterra. Los croatas venían de vencer a los locales, y por eso el público se inclinó por los ingleses, salvo los Argentinos, obviamente. La capital rusa recuperó el clima mundialista que había perdido en los últimos días y durante la tarde miles de hinchas de ambos países caminaron por las calles del centro con camisetas y banderas. Se hizo imposible tomarse un metro o un colectivo a la hora que se abrieron las puertas del estadio y del Fan Fest (tres horas antes del comienzo del partido) ya que muchísima gente asistió al Estadio Luzhniki. No olvidar que Rusia podría haber sido protagonista del encuentro y por esa razón, muchos locales tenían su entrada.


Los bares fueron una gran opción para sentarse a mirar fútbol con una cerveza de por medio. En este caso el elegido fue Mollie’s, un pub irlandés recomendado por la FIFA en su página, que se encuentra ubicado en la calle Myasnitskaya, rodeado de muchos otros bares disponibles para el público. A la hora de ver el partido, la gente que se encuentra en mesa opta por comer algo, charlar y, de reojo, y ir mirando alguno de los televisores, pero los que están de parado en la barra (mis favoritos) no hay nada que los distraiga. Es cierto que ninguno de los que estaba ahí era de algunos de los países en cuestión, pero esta conducta la vi repetidamente en varios lugares, incluso en la cancha. Sin dudas el europeo no vive el fútbol de la misma manera que nosotros.

Croacia dió la sorpresa. En su tercer alargue consecutivo venció a Inglaterra, que comenzó ganando, y jugará su primera final en la historia.

Algo que me generó algunos ida y vueltas fue la presencia de Mick Jagger en el estadio. Es conocida su fama de “mufa” con respecto a los partidos de fútbol en los mundiales, pero es la única de las supersticiones que prefiero esquivar. Mi admiración por el cantante de los Rolling Stone es casi tan grande como mis cábalas. Pero esta vez, la simpatía con el diablo le volvió a jugar en contra y pareciera que lo va a acompañar toda la vida. Que siga yendo a ver a Inglaterra, y que siga viniendo a Argentina a cantar.



Esto demuestra que no hay plan futbolístico en juveniles ni en la mayor, o DTs que trabajen todo aspecto durante años, o si la pelota parada, defenderse o la teniencia tengan la llave para ganar. El mundial es un mes en el que tenés que estar bien, obviamente jugar al fútbol de la mejor manera, tener alguna cuota de suerte y si tenés alguno de los pocos cracks que quedan, que lleven al equipo adelante. Así, se puede llegar a la final.

Hablando de sorpresa, el lunes me crucé con un español (supongo que pensó igual que nosotros que a esta altura estaban en competición) que era hincha del Real Madrid, y madridista como se debe. Le pregunté por Cristiano Ronaldo y me aseguró que no se iría a la Juventus porque, entre otras cosas, ningún club le podría brindar al portugués otro balón de oro. Al día siguiente se hizo oficial la transferencia. El fútbol siempre da sorpresas, por eso es el deporte más lindo y más sano del mundo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Primer acto

La pequeña Niznhy